lunes, 31 de agosto de 2009

Danzas Primitivas











Origen de la danza:
La Real Academia define |danza como "baile, acción de bailar y sus mudanzas". Y |bailar por "hacer mudanzas con los pies, el cuerpo y los brazos en orden y a compás". Por ello no haremos distinción entre los vocablos danzar y bailar, y los emplearemos indistintamente.

La danza aparece unida al hombre, prácticamente desde sus orígenes. Incluso hay autores que consideran esta actividad natural e instintiva y, por tanto, anterior al hombre y que, a su vez, es observable en todos los planos de la vida animal.Tal vez estos autores, como Curt Sach o Havelock Ellis, se basaran en relatos de viajeros de finales del siglo pasado y principios de éste, que afirmaban haber visto la danza de los elefantes en la India o leyendas similares de otros animales.Pero estos aspectos carecen de fundamento científico.

Es cierto que los denominados pueblos primitivos actuales, algunos africanos y de Oceanía, mantienen la danza como elemento esencial en sus manifestaciones tanto religiosas como sociales.También se interpretan como danza unas pinturas rupestres de la cueva de Cogull en la provincia de Lérida.Se puede afirmar que la danza y el habla constituyen las dos actividades básicas diferenciadoras entre el hombre primitivo y el animal.

La danza primitiva era de carácter religioso como la mayor parte de las actividades que realizaban.Y en ella no había espectadores.Cada miembro de la tribu tenía asignado su papel dentro del ritual coreográfico: músicos, danzantes, testigos.

Como en una celebración religiosa, están los fieles (testigos) y el celebrante, pero no hay espectadores.

¿Cómo surge la danza? Sin duda alguna, para expresar las necesidades vitales: necesidad de alimento (caza, recolección...), sentido de culto (ritos fúnebres, lluvia, trueno, rayo, salida y ocaso del sol, la luna...), de tipo social (galanteo, matrimonio, guerra...). Poco a poco se van configurando los diversos tipos de danzas, sin perder nunca el carácter colectivo. La procesión en torno a un objetivo sagrado o un árbol es una de las formas coreográficas más antiguas y que, de forma evolucionada, bajo aspectos bien diversos, ha llegado a nosotros."



-Danza y rito.

En la danza ritual hay una gran parte de la tragedia humana (el problema de la fertilidad, la vejez y la muerte).

Las danzas rituales constituyen la parte más atractiva de las grandes fiestas de la fertilidad; en ellas danzaron hombres y mujeres sin ese serio ceremonial de las danzas puramente religiosas, con alegría y frenesí, cuyo trasfondo religioso impidió que todo ello constituyera únicamente un desbordamiento sexual.

En muchas culturas la danza formaba parte de los ritos de Iniciación, bien para realizar invocaciones, bien para mostrar al neófito ciertas enseñanzas, también como finalización de la Iniciación. En algunos pueblos del norte de Australia, por ejemplo el rito de iniciación femenino, cuando la mujer llega a la pubertad, termina con una danza colectiva que festeja el nacimiento de la «nueva mujer».

La primera expresión del ritmo fue el chocar de bastones y el batir de palmas. Más tarde se agrega la cadencia acompasada con el cuerpo, los movimientos de brazos y piernas y también la voz. En realidad todas las artes pueden reducirse a una Danza, ya que el movimiento es el prototipo de las fuerzas vitales, y no hay duda de que todo arte que no lleve en sí la idea de movimiento carece de función vital. De hecho, probablemente la Danza es la expresión artística más antigua que conocemos.


-Danzas primitivas Africanas.

Al igual que en el resto de culturas, en las culturas africanas las danzas tradicionales están intimamente relacionadas con las fases de la tierra (cambio de estaciones, desgracias naturales, etc) y con las fases de la vida (nacimiento, iniciación, matrimonio, muerte, ...).

Existe una gran variedad de ritmos y cadencias según las diferencias culturales de los muy diversos pueblos africanos.

Aunque muchas danzas se atienen a coreografías definidas, en general los bailarines realizan sus movimientos con un alto grado de improvisación. Generalmente, el bailarín utiliza, no solo sus pies, sino que juega con sus caderas, sus piernas, cabeza y hombros, y en las músicas polirrítmicas, donde cada tambor marca un ritmo diferente, cada parte del cuerpo puede seguir los diferentes ritmos marcados a la vez.

Hay muchos tipos diferentes de bailes, cada uno hecho con un estilo particular y para un propósito particular. El baile sirve para una gran variedad de funciones rituales y de simple diversión. Algunos bailes sirven para honrar a las fuerzas espirituales en las ceremonias religiosas, mientras otras son propias de las ceremonias concretas de iniciación o pasaje. Hay numerosos bailes sociales, como de competición, bailes militares, o bailes que honran a los jefes importantes.

Bailes africanos, hoy conocidos internacionalmente, como puede ser "la danza del vientre" que se exhiben en espectáculos publicos por todo el mundo, tienen raíces culturales muy antiguas. La exportación y el mestizaje de los ritmos musicales modernos ha permitido que movimientos de danza africanos se hayan generalizado por otros continentes.

El baile en Africa es un elemento importante de comunicación. El vestuario y los diferentes pasos revelan las distintas influencias culturales e históricas. Las variedades de estilos y tradiciones de danza por todo el territorio sub-sahariano de África son tan numerosas como los grupos sociales, tanto urbanos como rurales, de los países del continente. Sin embargo, podemos observar algunos aspectos comunes como el importante papel de la danza como vehículo de expresión o comunicación social o espiritual. En África el bailarín es más que un intérprete; el bailarín es además un maestro, un historiador, un portavoz social, un sacerdote, un médium espiritual, un curandero y un contador de historias.

Las danzas van desde las formas antiguas que se referían, por ejemplo, a la fertilidad, la caza, los ritos de iniciación y el crecimiento y recolección de las cosechas, hasta formas más modernas que han evolucionado en respuesta a las nuevas condiciones, como la danza sudafricana gum boot, inventada por los mineros negros que, cuando estaba prohibido tocar música bajo el sistema del apartheid, usaban sus botas de goma como instrumentos mientras danzaban simultáneamente. En la sociedad urbana otros modos artísticos modernos han evolucionado a la par que los nuevos estilos musicales africanos como el hi-life y el jit.
Como parte de un ritual espiritual, la danza puede considerarse como una forma simbólica de comunicación con los poderes naturales o como un movimiento inductor al trance que pone al bailarín en condiciones de acceder directamente al mundo de los espíritus. En determinadas danzas de máscaras, el bailarín asume por un tiempo la identidad de un dios o de un poderoso espíritu ancestral. En muchas sociedades rurales de perfil tradicional, las danzas colectivas señalan rituales de iniciación como la llegada de la edad en la que los jóvenes compiten entre ellos dentro de la danza como parte de su paso a la madurez.

A menudo la danza africana adquiere un fuerte carácter narrativo, que puede haber evolucionado desde la costumbre de los cazadores de contar historias de caza al resto de la comunidad. La danza narrativa puede referirse a mitos de la creación, relatar historias morales o simplemente entretener y divertir. Sin embargo, la danza también se practica como una actividad puramente estética. Muchas universidades africanas han puesto en funcionamiento departamentos de arte que, al mismo tiempo que aseguran el mantenimiento de las formas tradicionales, fomentan el desarrollo de manifestaciones de danza coreografiada que se representan tanto en África como por todo el mundo.


La danza africana se caracteriza por su fuerte relación ritual primitiva. Los ritos son principalmente agrarios, funerarios y de iniciación. El cuerpo humano y las actividades de sustento son valores expresivos tan importantes como el tema dancístico.

La gran variedad y riqueza musical africana, el sonido de sus tambores, de la kora, del balafon, nos transportan a un mundo primitivo, mágico, de gran riqueza cultural. Debido a su estrecha conexión con la naturaleza, nos conecta con nuestro yo más primitivo. Es el origen de los bailes americanos, como el funky o la capoeira, debido a la exportación de esclavos a este continente.

Son universalmente reconocidas las propiedades terapéuticas de los ritmos de Africana. Desde el punto de vista físico, el motor se sitúa en las caderas y la pelvis, además de en las piernas y los brazos, con lo que se consigue fortalecer todos los músculos del cuerpo. También permiten trabajar la coordinación y disociación del cuerpo, además de la creatividad individual gracias a la improvisación de movimientos.

Desde el punto de vista psíquico, los ritmos son capaces de levantar el ánimo y permiten contactar con las sensaciones y emociones internas para liberarlas.
Estas danzas tiene mucho de "representación actoral" pues no basta con conocer la técnica y las coreografías, sino que el bailarín tiene que llegar a "ponerle alma a su personaje" En las danzas africanas, el bailarín se hace dueño del espacio, se hace protagonista y centro de la reunión, intentando recibir el reconocimiento y el festejo de todos los participantes. Danza con todo el cuerpo y a la vez, cada parte del mismo puede llegar a responder a un tambor diferente. Son comunes los "duelos" entre el bailarín y los tamboreros, en los cuales se entabla un "diálogo" entre ambos, hablándose, respondiéndose y desafiándose mutuamente.

Siempre se baila descalzo, pues el contacto con la tierra es fundamental. La tierra representa los ancestros, y es honrada por ser el sustento y madre de todo lo que existe. Muchas veces, el bailarín danza manteniendo su plexo solar inclinado hacia el suelo, en una reverencia a la tierra, mostrándole respeto y gratitud.



-Baile y Danza

El hombre, desde sus más remotos orígenes, como ser sociable y religioso a un mismo tiempo, sintió la necesidad de comunicarse con sus semejantes y con los poderes sobrenaturales. Para ello, con anterioridad al dominio del lenguaje y a la difusión de la expresión oral, tuvo que recurrir a sus propias limitaciones, a su propio cuerpo, para contactar con las divinidades, rendir culto a la naturaleza y poder expresar a sus congéneres de forma instintiva y espontánea sus propios sen?timientos, necesidades o temores.

Por eso con unos movimientos corporales rítmicos que siguen un patrón, acompañados generalmente con música sirvieron como forma de comunicación o expresión ya que los seres humanos se expresan a través del movimiento. La danza es la transformación de funciones normales y expresiones comunes en movimientos fuera de lo habitual para propósitos extraordinarios. Incluso una acción tan normal como el caminar se realiza en la danza de una forma establecida, en círculos o en un ritmo concreto y dentro de un contexto especial entre otras cosas.

No se puede negar la antigüedad de este arte porque para algunos antropólogos, es anterior a la aparición del ser humano el sentido de que, en cuanto a actividad natural e instintiva, aparece en diversos planos de la animal. Se habla así de la danza nupcial en numerosas aves. Se designa de igual manera el ritmo del movimiento ritual de algunas especies de serpientes antes de lanzarse al ataque.

Junto a la pantomima y la gesticulación más primigenia el hombre incorporó como acompañamiento diferentes sonidos, de carácter rítmico y repetitivo, que convirtieron esos iniciales movimientos corporales en ritos ancestrales vinculados a las creencias y religiosidad de los pueblos y tribus de la antigüedad.

Por esta razón es considerada como una de las primeras artes de la humanidad, ?por el hecho de que la danza ha ocupado un papel primordial en la evolución ?de las civilizaciones, en unas ocasiones como instrumento ?al servicio de creencias míticas y mágicas, otras veces como reflejo y expresión de las costumbres, saberes y preocupaciones de determinadas sociedades, y, en fin, como medio de diversión y entretenimiento de las más variadas gen?tes y clases sociales.

Origen y desarrollo. En el arranque de la civilización se registró una estrecha relación entre danza y juego, como manifestaciones naturales ambas de la vitalidad y la expresividad humana. Así, podrían equipararse el llamado instinto de juego y la espontánea inclinación a la danza. En tal sentido, ha de considerarse la danza como manifestación del excedente de energía del ser humano o como una actividad catártica, de liberación de impulsos.

La danza presenta la peculiaridad intrínseca de ser un arte intangible y fugaz, que se funde en los cuerpos de quienes la realizan y perece al concluir el movimiento. En consecuencia, su representación fue incompleta y estática prácticamente a lo largo de toda la historia hasta que las técnicas cinematográficas permitieron reproducir la imagen en movimiento.

El estudio de los modos culturales que mani?fiestan las tribus primitivas que aún sobreviven permite suponer con fundamento que la danza, entendida como movimiento rítmico del cuerpo, con acompañamiento sonoro o sin él, comenzó a configurarse en torno al sonido que producían los pies de los danzantes, quienes, en su expresión corporal, individual o colectiva, prestaron cada vez mayor atención a lo que habría de convertirse en la esencia de la danza: el ritmo. El acompasa?miento de gestos y movimientos se vería sucesiva?mente reforzado por el batir de palmas, la percu?sión y, más tarde, la instrumentación.

Según las especulaciones antropológicas, las pri?meras danzas humanas eran individuales y se re?lacionaban con el cortejo amoroso. Las colectivas aparecieron también en el origen de la civilización y su función, utilitaria y evocadora dentro de un contexto religioso, se asociaba a la adoración de las fuerzas superiores o de los espíritus para con?seguir el éxito en expediciones guerreras o de caza, o para solicitar la bonanza o la lluvia. Las danzas para invocar las lluvias persistieron durante siglos en algunos lugares, y la creencia en el hacedor de lluvia permaneció viva en el acervo cultural de los indios de Norteamérica. La danza primitiva encerraba, pues, un valor simbólico y, en ella, los danzantes no representaban a personas concretas, sino que encarnaban a un espíritu, a un poder superior que se expresaba a través de quien bailaba. En tales danzas tribales, todos los danzantes eran actores y desempeñaban un papel en el conjunto:

Se diferenciaban así los papeles principales, los del coro o los que acompasaban el ritmo con instrumentos o con las manos. Se trataba de una cere?monia ritual colectiva en la que todo —ritmos, pasos, máscaras, vestidos— obedecía a una pauta definitiva. En este contexto han de situarse, como expresión máxima de la catarsis de la danza, las manifestaciones de cultos animistas como el vudú o la macumba, que perduran aún en Haití y Brasil respectivamente.

La introducción en el conocimiento humano de la sensibilidad artística determinó la configuración de la danza como manifestación estética. En la antigua Grecia, la musa de este arte, Terpsícore, inspir?aba a los danzantes y les confería gracilidad y agilidad, rasgos éstos que se acentuarían a lo largo la historia para culminar en la que tal vez sea la más exquisita de las manifestaciones de la danza, ?el ballet. En otros términos, la evolución del baile determinó la aparición de estilos cortesanos y palaciegos, y, en especial, de expresiones de dan?za popular que constituyen la raíz de la tradición y del folclor.

Perfil histórico. En el antiguo Egipto, veinte siglos antes de Cristo ya se habían establecido las danzas astronómicas en honor del dios Osiris. El carácter religioso y profundamente simbólico, de alto contenido espiritual, fue, de uno u otro modo, común a la danza oriental y se muestra aún patente en las danzas clásicas de los pueblos asiáti?cos, conservadas y ejecutadas rigurosamente. De ello constituyen una excepción las danzas de los países islámicos, cuyo sentido, ritmo y contenido coreográfico discurrió evolutivamente por singu?lares derroteros.

Antigüedad clásica. En la Grecia clásica, la danza apareció con frecuencia vinculada a los jue?gos, y singularmente a los olímpicos. En estas ma?nifestaciones se hacía patente, más que en ningu?na otra ocasión, el sabio equilibrio de músculos y articulaciones, de respiración y circulación, en el que juego y danza se conjugaban. Entre las diver?sas danzas corales de la Grecia clásica se diferen?ciaban múltiples modalidades como las guerreras (gimnopédicas, pírricas) o las interpretadas en ho?nor del dios Dioniso que, conocidas como dioni?síacas, tenían lugar en conmemoración de cada una de las estaciones del año.

En el ámbito romano, los ritos religiosos en los que el baile constituía un elemento principal se ini?ciaron a la manera de los griegos, aunque a con?tinuación degeneraron para convertirse en las lla?madas danzas orgiásticas, que eran características de las fiestas de Baco, las bacanales. Con la apa?rición y consolidación del cristianismo se produjo una radical remisión de este tipo de manifestacio?nes, que prácticamente desaparecieron, si bien la danza popular se introdujo progresivamente en las celebraciones cristianas, incluso en el interior de los templos, como en el caso de la danza de los sei?ses de las catedrales de Sevilla y Córdoba, tradi?ción española aún vigente. Otras fiestas popula?res, singularmente los carnavales, mantuvieron viva la secular tradición coreográfica.

Danza cortesana. Con el Renacimiento, la danza teatral, virtualmente extinguida en siglos an?teriores, renació pujante en los escenarios cortesa?nos y palaciegos. A partir del siglo XVI se inicio la elaboración de tratados sobre el arte de la dan?za. El ideal estético de la época trascendió el ám?bito de las cortes italianas en las que nació para extenderse por toda Europa. En la que puede con?siderarse primera época de desarrollo de la danza moderna adopté una función preponderante la pantomima que, derivada del mimo, logró su máxima expresión en la comedia del arte italiana.

Cada país, y más concretamente cada corte eu?ropea, fue creando sus formas peculiares de dan?za. Así, se establecieron el branle francés, un baile de corro en el que podía participar todo el que lle?gaba, y el volta, que gustaba sobremanera a Isa?bel I de Inglaterra, al tiempo que, según parece, es?candalizaba a los clérigos de la corte. España puso de moda la pavana y la zarabanda, y asimismo fue?ron apareciendo y popularizándose la chacona y el pasacalle. Compositores geniales como Johann Sebastian Bach y Wolfgang Amadeus Mozart in?corporaron a sus composiciones ritmos de danza, casi siempre tomados del folclor.

Una de las danzas europeas más complejas en su ejecución era el minué o minuetto, de movi?miento moderado y que constituye la representa?ción del refinamiento cortesano del siglo XVIII. Después fue el vals la danza cortesana por exce?lencia, y con él se inició el paso de la danza en gru?po al baile de parejas; grandes compositores como los Strauss contribuyeron a la popularización de esta danza, que, no obstante, tuvo enconados de?tractores. Algo semejante ocurrió, ya en el primer cuarto del siglo XX, con el tango, baile de pareja de origen y espíritu argentino, que llegó a ser pro?hibido por inmoral por la autoridad eclesiástica. Igualmente discutido fue el charleston que, aun?que de vida efímera, alcanzó altas cotas de popu?laridad y que en cierto modo preludié los ritmos modernos, iniciados con el rock and roll.

La historia ha influido sobremanera en el desarrollo de la danza, ya que ésta fue progresivamente desprendiéndose de su primigenio sentido ritual y religioso en beneficio de una funcionalidad lúdica y estética que derivó con el transcurrir de los siglos en dos formas sociales y culturales diferentes de concebir el espectáculo de la danza. Por un lado, su carácter de manifestación colectiva contribuyó a su consolidación ?como expresión festiva, popular y folclórica, mientras que sus valores estéticos y visuales favorecieron la aparición de una danza de carácter teatral, el ballet, caracterizada por una mas clara diferenciación entre espectador (personaje que contempla) y bailarín (artista que actúa ante un público realizando ?movimientos corporales acordes con la música que interpreta).

La danza ha de valorarse, en todo caso, no sólo como el resultado artístico de un discurrir histórico, de unas civilizacion?es en evolución constante, con sus preocupaciones religiosa?s, sus costumbres, sus comportamientos sociales y sus ocios, sino también como el reflejo de la capacidad expresi?va y cultural de cada pueblo.

Cabe reseñar a este respecto el interés creciente de la administración pública y de algunas fundaciones privadas por defender, preservar y difundir las danzas autóctonas como una forma más de rescatar el valioso patrimonio cultural y artístico legado por el pasado. Asimismo, ámbitos del saber humano como la antropología, la sociología o la psicología han ido ocupándose en mayor medida de la danza como fuente fundamental para el conocimiento de las sociedades presentes y pretéritas.

Si, como se ha mencionado, la danza es el reflejo de un pasado cultural no es menos cierto que esta forma artística no debe anclarse sólo en formas y presentaciones tradicio?nales o académicas, anquilosándose en cierta medida. Debe ser también un espectáculo vivo y para ello ha de corres?ponder a las inquietudes y gustos estéticos de los nuevos tiempos incorporando cuantas innovaciones técnicas, rítmicas, visuales, expresivas y estéticas se vayan sucediendo tan?to en la propia parcela de la danza como en otros es?pectáculos artísticos con similares lenguajes y posibilidades expresivas.

De los orígenes de la danza a la música contemporánea

Desde los remotos inicios de la humanidad la danza ejer?ció una singular función en el desarrollo de los ritos mági?cos y de las creencias religiosas, ya que los movimientos corporales, repetidos constantemente y casi de forma auto?mática, eran el principal instrumento comunicativo emplea?do por magos y chamanes para relacionarse con las divini?dades y las fuerzas sobrenaturales en espera de ayuda y protección.

Danzas paroxistas y orgiásticas, danzas fálicas y de fecun?didad, danzas guerreras, danzas totémicas y danzas sacras constituían el repertorio esencial de los ritos de los pueblos antiguos (egipcios, griegos, romanos, culturas precolombi?nas, civilizaciones china e hindú...). Dichas danzas, pese a su distinta funcionalidad mágica, tenían en común la utili?zación de un complejo y enigmático conjunto de signos y símbolos sólo comprensible para iniciados; el empleo de máscaras, tatuajes y vestidos rituales; y la ejecución de una serie de movimientos y gestos codificados, repetitivos y es?tilizados. Todo ello nos habla de una concepción abstracta y mítica del universo, aún perdurable en pueblos primitivos actuales, que ha ido perdiendo fuerza con la progresiva su?cesión en la historia de las grandes civilizaciones, muchas de ellas íntimamente relacionadas con la aparición de alguna de las grandes religiones y creencias universales.

Con el transcurrir de la edad media y la época moderna la danza fue abandonando en occidente su cariz mistérico y religioso, en parte por la persecución de que fue objeto por la iglesia cristiana, la cual consideraba la danza como un acto pagano, obsceno y de escasa moral, y en parte por la pro?gresiva secularización de las comunidades, para convertirse en un divertimento y juego, en un acontecimiento social, imagen perfecta de las peculiaridades, la idiosincrasia y el folclore de los pueblos.

Por un lado, las clases populares promovieron los bailes, mascaradas y carnavales, festejos colectivos caracterizados por una amplia participación ciudadana y ejecutados por lo general en espacios abiertos y públicos con motivo de fes?tividades, grandes eventos nacionales o fechas relacionadas con las estaciones del ano o con ciertas actividades laborales casi siempre de ámbito agrario. Por su parte, las clases aris?tocráticas contribuyeron a la consolidación de unos mode?los de danza elitista y elegante, que se practicaba exclusiva?mente en salones palaciegos y nobiliarios, o en zonas ajardinadas anexas a dichos espacios lúdicos, sólo accesibles a las clases altas de la sociedad.

Se trata, en definitiva, de dos comportamientos sociales definidos, de dos formas distintas de entender la diversión y el espectáculo, cuya vigencia dura hasta nuestros días, res?pectivamente, en las danzas folclóricas y populares, carga?das de vitalidad y dinamismo (cueca, samba, merengue, tarantella, baile flamenco...) y en los bailes de salón (pavana, minueto, vals, polonesa...), los cuales, en cierta medida, se han popularizado y difundido en los últimos tiempos con?forme la aristocracia se ha ido despojando de su tradicional carácter clasista.

La preeminencia secular que había ejercido Europa en cuanto a gustos y estilos de danza se refiere comenzó a de?clinar en el siglo XX en beneficio de un nuevo foco cultural y artístico, los Estados Unidos, indiscutible origen de la ma?yoría de los ritmos y los bailes contemporáneos (fox-trot, charlestón, blues...), en los que la juventud ha cobrado un protagonismo fundamental conforme a su creciente papel social y cuya difusión se debe en gran parte al desarrollo de nuevos medios de comunicación de masas como la radio, el cine o la televisión.

Así mismo hay que reseñar otra novedad de importancia aportada por el siglo XX, la proliferación de nuevos espacios destinados a la práctica de la danza, ya fuera como diversión o como espectáculo teatral. Esto es, los tradicionales espacios urbanos abiertos o los salones aristocráticos han perdido buena parte de su pujanza en beneficio de otros es?pacios de entretenimiento, como el cabaret o el music-hall, o de distintos ámbitos expresivos. Tal es el caso de la cine?matografía, uno de cuyos géneros, el musical, ha permitido en buena medida el conocimiento generalizado de un mun?do como la danza, y sobre todo la danza clásica, e incluso ha dado origen a innovadoras coreografías y lanzado al es?trellato a virtuosos bailarines, entre ellos Fred Astaire o Gene Kelly.

Si las épocas medieval y moderna permitieron, al menos en occidente, la estructuración y especialización de la danza atendiendo a las diferenciaciones sociales y a su distinta concepción como diversión y espectáculo, los siglos XIX y XX además de acrecentar con originalidad y variedad los tipos de baile y danza, contribuyeron a la consolidación de ésta como una de las manifestaciones más importantes en la evolución de la música clásica contemporánea.

Hasta la edad media la música apropiada para la danza y el baile había sido compuesta por individuos o colectivos anónimos y había ido transformándose de acuerdo a los diferentes gustos estéticos de las épocas y conforme se incorporaban nuevos instrumentos musicales. Desde entonces, al igual que había ocurrido en otros ámbitos de la cultura, se introdujo el concepto de autoría pudiéndose así atribuir diferentes creaciones musicales a compositores de cierta celebridad, muchos de los cuales pertenecían a círculos artísticos cercanos a los centros de poder y cuyas composiciones solían ir destinadas a los múltiples festejos palaciegos y aristocráticos.

Sin embargo, no sería hasta la difusión del romanticismo en la primera mitad del siglo XIX cuando, al producirse una premeditada y constante recuperación del pasado musical y folclórico, la mayoría de los compositores clásicos mostraron un creciente interés por incluir en su repertorio creativo diversas tipologías de danzas, ya tradicionales y populares, ya aristocráticas y elegantes, todas ellas con amplias connotaciones nacionalistas como eco de la situación política que vivía Europa tras la revolución francesa y el auge de los nacionalismos.

Esta tendencia a incorporar a la música clásica composiciones de marcado carácter popular y nacional prosiguió a lo largo del siglo XX, con especial énfasis en aquellos ámbi?tos culturales alejados del impacto occidental, como puede ser el caso de algunos sobresalientes compositores latinoa?mericanos, los cuales, sin olvidar la tradición clásica musical europea no renegaron de sus propias raíces culturales y procuraron incorporar a su producción variadas danzas y bailes de raigambre ancestral y festiva.

Algunos compositores en sus producciones han tenido una cierta relevancia en danzas y bailes tradicionales, autóctonos y folclóricos tales como la familia Strauss.


1-LA DANZA Y LA CULTURA HUMANA



La danza puede ser recreativa, ritual o artística y va más allá del propósito funcional de los movimientos utilizados en el trabajo y los deportes para expresar emociones, estados de ánimo o ideas. Puede contar una historia, servir a propósitos religiosos, políticos, económicos o sociales; o puede ser una experiencia agradable y excitante con un valor meramente estético.


2-La danza y el cuerpo humano

El cuerpo puede realizar acciones como rotar, doblarse, estirarse, saltar y girar. Variando estas acciones físicas y utilizando una dinámica distinta, los seres humanos pueden crear un número ilimitado de movimientos corporales. Dentro del extenso campo de movimientos que el cuerpo puede realizar, cada cultura acentúa algunos caracteres dentro de sus estilos dancísticos.

El potencial normal del movimiento del cuerpo puede ser aumentado en la danza, casi siempre a través de largos periodos de entrenamiento especializado. En el ballet, por ejemplo, el bailarín se ejercita para rotar o girar hacia afuera las piernas a la altura de las caderas, haciendo posible el poder levantar mucho la pierna en un arabesque. En la India, algunos bailarines aprenden a bailar incluso con sus ojos y cejas. También el vestuario puede aumentar las posibilidades físicas: las zapatillas de puntas, zancos y arneses para volar, son algunos de los elementos artificiales utilizados por los bailarines.

3-La danza y la mente


Además de proporcionar placer físico, la danza tiene efectos psicológicos, ya que a través de ella los sentimientos y las ideas se pueden expresar y comunicar. El compartir el ritmo y los movimientos puede conseguir que un grupo se sienta unido. En algunas sociedades, la danza puede llevar a estados de trance u otro tipo de alteración de la conciencia. Estos estados pueden ser interpretados como muestras de posesiones de espíritus, o buscados como un medio para liberar emociones. El estado de trance permite a veces realizar hazañas de fuerza extraordinaria o de resistencia al peligro, como el bailar sobre brasas. En algunas tribus, los chamanes bailan en estado de trance para poder curar a otros tanto física como emocionalmente. Se ha desarrollado un nuevo tipo de terapia utilizando la danza para ayudar a las personas a expresarse y a relacionarse con los demás.

4-Danza y sociedad


Los efectos tanto físicos como psicológicos de la danza le permiten ser útil para muchas funciones. Puede ser una forma de adorar a los dioses, un medio de honrar a nuestros ancestros o un método para crear magia. Se menciona la danza en la Biblia, y hasta la edad media era una parte usual de los homenajes y de las celebraciones religiosas (tradición que se mantiene en algunos lugares de España y América Latina). Aunque la Iglesia cristiana denunció la danza como inmoral, el cristianismo no consiguió suprimir todos los ritos paganos.

La danza puede también formar parte de los ritos de transición que se realizan cuando una persona pasa de un estado a otro. Así, el nacimiento, la iniciación, la graduación, el matrimonio, el acceso a un puesto oficial y la muerte pueden ser enmarcados por la danza. También forma parte a veces del galanteo. En algunas sociedades, los bailes son los únicos eventos a los que acuden y donde se conocen los jóvenes de distinto sexo. En la sociedad contemporánea, los bailes proporcionan a los jóvenes ocasiones importantes para reunirse. También es factible trabajar ayudado por la danza. Los movimientos rítmicos son capaces de lograr que el trabajo sea más rápido y eficiente, como en las danzas japonesas que se realizan en las plantaciones de arroz. En algunas culturas, la danza es una forma de arte, y en el siglo XX algunas danzas que originalmente eran ritos religiosos o entretenimientos de la corte se han adaptado al teatro.

lunes, 24 de agosto de 2009

La relación ciencia y arte danzario: historia y contemporaneidad

Resumen: Este artículo hace un análisis basándose en una breve historia de la
danza, que va desde las danzas dionisíacas griegas hasta los nuevos retos que
significó el siglo XX en la historia de las artes, además expone como ha sido la
influencia moderna del desarrollo de la técnica y el estilo en la danza de nuestros
días.
Palabras claves: Danza, Historia de la Danza, Desarrollo Científico-Técnico,
Cultura, Cultura Científica, Cuba.
Influencia del desarrollo científico y técnico en el arte danzario.
La cultura artística no puede describirse aún con la precisión de las ciencias
empíricas, pero ello no quiere decir que no exista.
Se sabe que intenta captar la realidad en su conjunto sin reducirla a componentes,
con una aproximación más sintética que analítica. El propio proceso de la
creatividad, se afirma ha eludido hasta ahora el análisis, por ser tan complejo como
la propia realidad que intenta captar.
Esta dicotomía de aproximaciones cognoscitivas a la realidad es relativamente
reciente. Por ejemplo por mucho tiempo desde la antigüedad la pintura fue
considerada una disciplina de conocimiento acumulativo (como vemos hoy la
ciencia) que avanzaba en su aproximación a la realidad a través de
descubrimientos sucesivos. Aún durante el renacimiento las ciencias y las artes no
se veían como actividades intelectuales separadas y muchos creadores se movían
de un campo a otro y el término arte se aplicaba a la pintura y a la escultura, pero
también a la tecnología.
Está demostrado en la praxis y en la teoría o se trata de demostrar que las ciencias
sostienen una interrelación histórica influenciado por los cambios científicos
técnicos en el arte. Existe una influencia directa de la ciencia en el proceso técnico
que se ha alcanzado en las creaciones artísticas, el análisis del problema no
resulta sensillo.
La Danza es una de las expresiones del arte que han sido menos abordados según
hemos podido apreciar en nuestras experiencias pedagógicas y por tanto teórico
donde escasa y ocasionalmente se hace referencia a la vinculación o aporte de las
ciencias a la manifestación. Sin embargo, es de las artes la que tiene como
material para la creación el cuerpo humano, explora hasta la infinitud el desarrollo
de sus potencialidades físicas y mentales para expresar la realidad que le circunda.
Es un arte como la pintura, la arquitectura, la música o cualquier otro producto de la
actividad ideológica, el cual ha pasado, pasa y seguirá pasando por todos los
procesos de la cultura como actividad suprema del hombre.
A diferencia con las otras artes, la danza transcurre en un breve plazo de tiempo y
espacio, más allá del cual las imágenes significativas del movimiento desaparecen
del ajo del espectador. Lo que no haya podido captarse en esta fugaz y fugitiva
relación, solo podrá sustitutivamente incorporarse a la sensibilidad del observador
por la memoria de lo visto o lo escrito por algún crítico que se expresa a través de
puntos de vista muy personales.
Actualmente una de las tecnologías de avanzada, el vídeo, puede mantener, aunue
con limitaciones, el hecho danzario original, pero no está muy al alcance del gran
público.
Esto hace que a diferencia de un relato o un poema, que puede releerse tantas
veces como sea necesario para captar sus significaciones, o bien mirar un cuadro
o una escultura por el tiempo requerido para captar su contenido, la danza se
vuelve solo imperceptible bajo circunstancias de extrema inmediatez, amenazada
por el factor de la incompatibilidad que pone en dudas que la interpretación sea
igual en sucesivas circunstancias de una representación a la otra.
La historia de la danza es por ello una de las más imprecisas de la historia general
de las artes. Quedan muy pocas muestras del quehacer coreográfico antiguo,
como no sea la información que han dejado otras artes como la literatura, o la
pintura de forma sustitutiva. El cine ha permitido, a partir de la segunda mitad del
siglo XX mantener viva las imágenes de la expresividad de Nurespo, Margot
Fontayn y Martha Graham, así como algo de Povlova, pero que sabemos de los
Vestris, Tagliono, Nijonsky o Isadora Duncán?
Los rituales de Dionisio son ignorados, aunque las esculturas helénicas aún
pueden admirarse vista en los grandes museos del mundo. La danza de los
juglones son solo menciones a corroborar, pero las grandes catedrales del
medioevo existen intactos de frente a los siglos, la música de Lully y Romeu para
ballets aún hoy puede escucharse en las salas de concierto. Las danzas preclásicas
de los grandes salones solo sobreviven detenidos y estáticos en algún que
otro grabado de la época, mientras que aún pueden visitarse los palacios barrocos,
con sus paredes y techos pintados, llenos de tapices, gohelinos, alfombras y
muebles de la época, conservados para la admiración y los estudiosos de la
historia.
La danza como toda actividad humana y como el mismo hombre, es producto de
una evolución. Al igual que la mentalidad humana ha ido evolucionando en un
proceso de selección hasta los más avanzados estadios culturales anteriores
producidos por la etapa socio-política-económica determinadas y que aún
coexisten con las más avanzadas, en su trayectoria de siglos ha ido creando
formas, maneras y estilos que existen uno al lado de los otros y se influyen
mutuamente.
La danza es una expresión artística en constante mutación, naturaleza que está en
la propia textura del material que utiliza “El movimiento”.
Influencia de la cultura científica en la creación danzaria.
Con el desarrollo de los medios técnicos del hombre surge un incremento en la
vida social que lo lleva a estudios culturales superiores al primitivismo original.
La división en clases de la sociedad, propician que la especialización se entonice
en el trabajo humano. Las altas clases apoyadas en el esclavismo que las libera
del trabajo más difícil, se dedican con amplitud al desarrollo de la cultura. La
política, la filosofía, y las artes logran gran expansión.
La danza igual que otras artes se va desvinculando poco a poco del carácter
religioso y pasa a los palacios de monarcas como recreación, surge el Bailarín
Profesional y la Técnica, al estilo creado se le llama arcaico, estas danzas aportan
disciplina técnica, elaboración racionalista, tendencia a la rigidez y hieratismo,
intensa concentración interior, angularidad y gusto simétrico, exactitud de acción y
movimiento entre el grupo de bailarines. Sus características son entre otras,
tendencia al diseño y la plasticidad, perspectiva bidimensional, pasticidad
escultórica.
Si se tiene en cuenta el desarrollo de los conocimientos físicos y matemáticos de la
época en función de la creación que se muestran en las pirámides de Egipto, los
cálculos precisos, bloques tan exactos, la proporcionalidad, además el exquisito
sominio de la orfebrería, la ornamentación encontrada en las momias, es un reflejo
de la época, del desarrollo cultural puesto en función también de la danza, que
impregna en la simetría y perfección del movimiento como en el vestuario en su
rica y elaborada ornamentación. Igual que dominaran el material para la
elaboración y ejecución de estas grandes obras arquitectónicas, en la danza
moldearon el cuerpo y perfeccionaron el movimiento creando además un código de
expresión extraverbal, reglamentado y ordenado de los movimientos de los dedos
de las manos llamados mudras, con el que se narran los acontecimientos de los
dioses, héroes y semidioses de la literatura religiosa conservado en el libro Hindú
el Boratha Sastra. En la India el baile tomó parte en la formación cultural de la
dinastía que tenían en sus cortes esculturas de baile.
En la China, el uso de vestuario fastuoso, máscaras de forma y expresividad
humana, y uso del color, sustituido luego por el maquillaje a partir de la mezcla de
diferentes sustancias colorantes que además se endurecían en el rostro y luego
podían ser retiradas, demostrando un conocimiento de la química de esas culturas
milenareas.
China le aporta al Japón en la danza, las máscaras eran al principio de madera y
más tarde de laca. Utilizaron la escenografía representada por una plataforma
escénica que se prolonga hasta los espectadores por unos puentes.
La organización y especialización demostrado en la ejecución de sus grandes
obras se reflejan en la cultura en general de está civilización, la danza no quedó
excluida.
El clasicismo griego; estilo helénico clásico.
Los siglos VII al IV a.n.e marcaron un viraje cultural abriendo paso al clasicismo
helénico donde la razón, el balance, la simetría y el gusto por lo sereno, estable y
armónico imperan en la cultura. Se aprecia un conocimiento exacto del cuerpo
humano expresado en las esculturas griegas en la proporción y dominio del
movimiento que aún constituye un canon en la actualidad. La danza influenciada
por estas normas sociales rompe con las ataduras convencionales del hieratismo
oriental y se expande en una expresión natural basada en la libertad del cuerpo
humano. El vestuario vaporoso y ligero libera al bailarín de cualquier rigidez
exterior, el conocimiento se expande del torso hacia las extremidades en un rápido
fluir de acción. El estudio de esas íntimas acciones de la danza griega reflejada en
las pinturas de los vasos griegos, permitieron ver la soltura expresiva y la libertad
de acción, se expande en los cuerpos frecuentemente desligados del suelo o
entregados a su extático frenesí, llevó a Isadora Duncan a romper con la
convencional técnica académica del siglo XX (Ballet) para danzar su teoría de que
la danza es una emanación de movimientos provenientes del impulso emotivo
residente en el área física del plexo solar situado en la parte alta y delantera del
torso.
La educación por la danza se estableció para las altas clases y se empleaban
como parte de los ejercicios militares con el fin de tener mayor sentido de la
disciplina, acentuar la fortaleza y la energía física y como preparación psicológica
para la guerra.
Es interesante expresar que las hojas de crótalos se percutían para el
acompañamiento musical junto a instrumentos de vientos, aire y cuerda.
El dominio de la anatomía y la expresión sicológica que van desde la idealización
hasta las más desesperadas conmociones caracterizan a todas las artes y a la
cultura general de la época.
Al igual que la ciencia, el arte estuvo influenciado por la religión en el régimen
feudal, la danza no fue bien vista por la iglesia, objeto del ataque más furioso
dentro de todas las artes por utilizar el cuerpo humano como instrumento expresivo
y encarnaba el disfrute de la vida terrena. La expresión social ante la represión
hacen que aparezcan bailes históricos: danzas de brujas, macabras y otras.
Aparecen las danzas campesinas por estar alejadas de la presión eclesiástica que
cantaban a la vida, a la alegría de vivir, estas dan origen a la danza folclórica. Es
una danza anónima y popular que mantienen viva la riqueza espontánea de la
danza como expresión vital de la exaltación física y que refleja las costumbres,
alegrías y tristezas de cada pueblo.
La etiología, ciencia dentro de las ciencias sociales que se dedica al estudio de los
pueblos debe a la tradición danzaria conservada a través del tiempo por diferentes
etnias el conocimiento de su lengua, el modo de vida, su organización social,
valores y tradiciones que son un legado a la cultura de la humanidad.
La danza solo se mantuvo viva en la creación de las masas populares y en el arte
del juglar. Pero sin embargo, lo fundamental, que fueron la fuerza y la vitalidad de
la expresión danzaria a través de un vocabulario aunque fuera rudimentario, fue
mantenido vivo y listo en cualquier momento para ser reelaborado hacia desarrollos
más complejos. Esto le tocó al resurgimiento de la cultura antigua en la Europa
Occidental conocido como Renacimiento (siglo XIV, XV y XVI).
Engels definió a este como la más grande revolución que la humanidad había
conocido hasta entonces, por la fuerza del pensamiento, la pasión o el carácter,
patentizando todo el saber de su tiempo, en una expresión humanista de la época.
Las condiciones creadas por la danza campesina y el juglar hacen que en el
renacimiento la danza se convierta no solo en el principal entretenimiento de la
sociedad, sino en un importante elemento cultural.
Surge un elemento que tendrá gran importancia en el desarrollo futuro de la danza:
el maestro de baile encargado de transformar y adaptar las danzas campesinas a
las necesidades de la aristocracia, de acuerdo con las costumbres, moral y
vestuario. Es también el maestro de las buenas costumbres, es además coreógrafo
y músico. Su existencia posibilita el surgimiento de la teoría de la danza. En el siglo
XV aparecen las primeras reglas y nomenclatura danzaria, se crea un tabulador de
pasos que se hizo internacional en Europa. Aparecen en el siglo XV las primeras
teorías de la danza y el tratado del arte de bailar y danzar. Los tratados sobre la
danza son importantes porque además de explicar la ejecución de los pasos
reflejan aspectos sociales, como son: las costumbres, el comportamiento de damas
y caballeros, el buen y adecuado vestir, las normas de decoro, corrección,
conducta y moral.
Las danzas cortesanas fueron la raíz de un espectáculo mayor que se manifiesta
posteriormente: El Ballet.
El siglo XVII, con el reinado de Luis XIV en Francia se crean las academias de
arquitectura, de pintura y de escultura, de la lengua francesa, de la música y de la
danza, estableciéndose una autocrática protección y vigilancia del poder real sobre
las artes de la época.
Destacado entusiasta de la danza, Luis XIV se rodea de gran cantidad de
colaboradores músicos, poetas, técnicos, etc. para dar mayor brillantez al
espectáculo de ballet, que ya se salía del marco cortesano para ponerse a
disposición del gran público.
La subida de la danza a un escenario con la perspectiva visual que ello implica
creo específicas características en la “danza académica”, (la del bailarín
profesional para el espectáculo), como fueron el gusto por la elevación (en puntos),
la concentración en el virtuosismo, la creación de una línea plástica del cuerpo
humano elegante y refinado, una constante y correcta visión de las piernas en
perfil, llevando a un trabajo técnico de posiciones abiertas que encontró su
concreción en las cinco posiciones básicas establecidas con los que se relacionan
todos los movimientos de la danza académica. El desarrollo de una especial
musculatura, el estiramiento del pie por el empeine para la línea de la pierna y
elevación del salto y otros.
Un complicado entrenamiento se estableció dentro de los límites de la enseñanza
de la danza de escuela, ejercicios con apoyo (barra) que permiten el logro del
desarrollo de las piernas en las formas necesarias; los ejercicios sin apoyo (centro
del salón) para el necesario balance, equilibrio y control del cuerpo con su
culminación en el llamado adagio-fruces de movimientos en dinámica lenta y
equilibrios difíciles y, por último las variaciones en espacio, llamadas allegro, con
énfasis en los saltos y en el complejo juego de pies. Cada movimiento adquirió una
nomenclatura y la técnica de la danza tuvo a su disposición una amplia
denominación de movimientos tomados de términos franceses y que perduran
univerdalmente.
Surge la coreografía y los primeros intentos de plasmar una idea a través de la
danza reforzada por la música, el libreto, la escenografía y el vestuario, es decir,
con todo el aparataje teatral al servicio de la danza.
Los efectos de la plástica visual de los decorados se ponen al servicio de la idea
coreográfica espectacular como continua siendo en nuestros días.
La máxima figura del “ballet de acción” el nuevo género del ballet que tenía como
objetivo principal la expresión creadora y de la danza escénica de todo el siglo
XVIII fue el francés George Noveme quien hizo sentir sus ideas en toda Europa. En
su célebre libro “Cartas sobre la danza y los ballets escrito en Lyon, dejó
plasmadas sus reformas para el ballet, de gran vigencia hoy día.
Entre ellas figuran la de: dar gran valor a la función del coreógrafo, quien por ser
una gran cultura y ser capaz de inculcarle a todos los intérpretes el verdadero
sentido de la obra a representar” y velar siempre que los movimientos
coreográficos fueran expresión de una realidad y estuvieran de acuerdo con ella.
Como resultado de la labor de estos destacados precursores, el arte del ballet llegó
a finales del siglo XVIII a sus más grandes conquistas:
• Contar con un rico acervo técnico y expresivo
• Ser capaz de expresar todas las problemáticas de todos los seres humanos.
Estos preceptos constituyen hoy en día en el arte danzario la razón de ser como
forma de la conciencia social y de la actividad humana, su progreso se halla
indisolublemente ligado al desarrollo de la sociedad.
Carlos Blasis extraordinario pedagogo, una de las más grandes personalidades del
ballet en el siglo XIX asentó sus conocimientos teóricos y prácticos sobre un
riguroso conocimiento científico del cuerpo humano, tanto en su aspecto físico
como psíquico, y de las leyes físicas que rigen las relaciones entre los cuerpos y el
espacio. S conocimiento de la influencia que ejercen sobre el bailarín las fuerzas
centrífugas y centrípeta, y la fijación del spot o punto de referencia, lo convirtieron
en el artífice supremo del giro y los equilibrios.
El logró, además llevar el EN DEHORS (virado de las piernas) a una rotación de
180° grados, así como penetrar en todos los condicionantes científicos del aplomo
o verticalidad, base de la ingravidez, el salto y la elevación también la
sistematización del entrenamiento diario del bailarín en una clase que incluye
ejercicios en la barra y en el centro del salón (sin apoyo). Los aportes de Blasis a la
técnica académica de la danza no le hicieron olvidar la expresividad a la cual le
concedió especial importancia.
Fue autor de dos libros fundamentales: el Tratado Elemental, teórico y práctico del
arte de la danza y El Código de Terpsícone. Su obra pedagógica creó las bases
para el nuevo concepto de la danza escénica que reclamaría el romanticismo.
El ballet romántico se caracterizó por una evasión a ultradanza de la realidad,
reflejo de una postura ideológica que hizo originar nuevos argumentos que tuvieron
como puntos básicos: la exaltación de los sentimientos más íntimos como la
amistad, el honor, el sacrificio y sobre todo el amor, la preponderancia de la mujer,
que devino símbolo de madre, amante y heroína, la lucha permanente entre el bien
y el mal, entre lo espiritual y lo material, lo temporal y lo étereo; así como la
alabanza de la lealtad, el honor y la valentía.
El romanticismo dejó al ballet un estilo intemporal e internacional, que sigue siendo
hoy día una de las cartas de triunfo en el repertorio de las compañías de ballet más
importantes del mundo, entre las que se encuentra el Ballet Nacional de Cuba y la
figura más representativa del romanticismo y de una de las obras más famosas de
este período “Giselle” (1941), Alicia Alonso, que al decir de uno de los más
reconocidos y respetado crítico del ballet en el siglo XX Arnol … “Giselle es Alicia”.
El clasicismo tiene en el Francés Marius Petipó el coreógrafo más fructífero
desarrollando su obra en Rusia, su mayor mérito fue su grandeza de espíritu,
porque supo integrarle al país que lo acogió todo su experiencia y contribuir con
ello al surgimiento de una nueva ESCUELA, la rusa, bailar acorde a sus tradiciones
e idiosincrasia. El nuevo estilo también internacional e intemporal llamado
“clasicismo” se debe a Petipa, así como la estructura definitiva del PAS DE DEUX
clásico, en ENTRÉE, ADAGIO< VARIACIONES y CODA tal como se conoce hoy
día. El clasicismo que exige el más alto nivel de técnica y expresividad, vive
actualmente en obras tan célebres como Don Quijote (1971), El Corsario (1880), La
Bella Durmiente (1890), Cascanueces (1892), El lago de los Cisnes (1895) y otros,
montados por las grandes compañías actuales y en el Ballet Nacional de Cuba, por
constituir estas una carta de presentación de alto nivel de preparación y ejecución
de una agrupación.
El siglo XX, Modernidad y Contemporaneidad, nuevos retos.
La cultura desde fines del siglo XIX, comenzó a hacerse eco de una rebelión que
creó los vanguardias artísticas, las cuales empezaron a apartarse de la ideología
romántica para crear nuevas formas de expresión ajenas a las convenciones
sentimentales al uso. Un arte agresivo, destructor y rebelde ataca al gusto burgués
académico naturalista.
La danza aunque un poco más tarde sigue el mismo proceso de rebelión. Se
niegan los puntos tradicionales. El estilo huidizo del suelo, la maquinaria teatral
convencional de telones pintados y vestuario de tules y por supuesto también el
acompañamiento musical.
Se va a las bases primitivas en que la danza es una manifestación orgánica del
cuerpo y la mente. Se investiga en la danza arcaica y sus complejas acciones de
partes aisladas del cuerpo, así como en su poderosa y tensa concentración. Se
investiga en la distorsión medieval y en todo ese pasado de encuentros,
procedimientos y técnicas de desarrollados siglos antes de nuestra era.
Se descubren las raíces de la danza académica occidental en el folclor europeo.
Se mira a través de puntos de vista contemporáneos por lo que la danza va a
observar en su temática una visión de matices psicológicas que la época ha puesto
en evidencia y sus conflictos sociales, comentando sobre la época que vive o
mirando el pasado o el futuro desde una perspectiva de presente. Se pone en
consonancia con los experimentos utilizados por otros de la cultura para
expresarse dentro de diferentes modos y estilos.
Se comienza a desarrollar el estudio de una teoría de la danza basada en
principios de movimientos determinados por la energía física del cuerpo, cuyos
resultados llevan a la acción compulsiva de la danza, tales son los principios del
alemán VON CABAN, su teórico y precursor. La literatura explicativa de todo este
material teórico se amplía día a día mediante los medios de comunicación, tan
abarcadores en nuestros días.
La danza moderna es la nueva forma de expresión o manifestación de este arte tan
antiguo como el hombre, o es el mismo.
Pasado los primeros momentos de violenta ruptura con la tradición del siglo XIX,
asimila los aspectos válidos de la misma, especialmente el trabajo técnico de las
piernas, propio de la danza académica (ballet).
La coreografía como aspecto fundamental de la creación danzaria, adquiere una
importancia jamás igualada en su historia. Se empieza a reconocer la compleja
maquinaria técnica utilizada por el creador coreográfico para la consecución de la
idea.
La danza folclórica comienza a rescatarse y valorarse como un tesoro cultural de
cada país, y por lo tanto del mundo; se hacen teatralizaciones de esas danzas
relegadas e ignoradas entonces como expresión artística para ponerlas en
contacto con los grandes públicos.
La danza social de entretenimiento ha tenido en este siglo una de las más grandes
eclosiones en la historia de la danza. Los movimientos pélvicos han adquirido carta
de naturaleza en la danza social, dándole una especial característica de
sensualidad a una época bien marcada por la libertad sexual.
Las últimas décadas del siglo XX aparecen fenómenos sociopolíticos definitivos
para la cultura universal.
Desastres ecológicos, tecno-ciencia, la revolución sexual junto a la pandemia del
SIDA. La emergencia de la liberación de la mujer, la aceptación de grupos
marginales, raciales y de los homosexuales, se discuten los derechos del niño, los
animales, y los discapacitados en todos los foros internacionales. La cultura de
masas, el pop-art, el postmodernismo serán perfiles que plantearán y plantean
cuestionamientos definitorios en las expresiones artísticas.
La llamada danza moderna o contemporánea no se estancó, quedó abierta a una
constante búsqueda y experimentación capaces de ampliar cada vez más el
lenguaje danzario de acuerdo con el cambiante mundo de las vanguardias del siglo
XX. Algunas de esas innovaciones véanse:
􀂾 Una deshumanización del cuerpo del bailarín hacia conceptos abstractos,
buscando convertirlo en formas geométricas, subrayado tal objetivo por grandes
efectos luminitécnicos.
􀂾 La búsqueda hacia un verismo realista que halla en el bailarín una persona bien
cercana a lo cotidiano, aún en su aspecto personal y vestimanta. Fueron
incorporado movimientos de la vida cotidiana. En ese tipo de teatro danzado de
viva experimentación se plasmó la idea del drama del hombre actual en su
lucha con los productos y subproductos de la tecnificación.
􀂾 La ruptura con el espacio escénico convencional de las salas teatrales se ha
salido de la arquitectura del teatro y ha irrumpido en parques, escalinatas,
calles, entradas del tren en los Metros, azoteas, sobre lagos y otros
cualesquiera, donde el público forma parte activa de la creación siguiendo y
entregando a la comunicación danzaria.
Ejemplo de ello, la obra de Ramiro Guerra, precursor de la Danza Moderna en
Cuba que en los años 70 montó Decálogo del Apocalipsis con duración de dos
horas continuas y 12 locaciones naturales exteriores del Teatro Nacional de
Cuba.
􀂾 El tratamiento de la energía en la expansión del movimiento. La búsqueda se ha
dirigido al estudio de las técnicas de las artes marciales, como el Tai-Chi y el
ALKIDO; en el sistema de búsqueda de resorte nuevo muscular contra los
males del stres y otras dolencias psico-físicas.
􀂾 La teorización en la cultura aparecida a partir de la segunda mitad del siglo XX
ha penetrado en las artes escénicas de la cual forma parte la danza. El
estructuralismo, que ha dado auge a la Lingüística, la Semiótica o Semiología,
la Antropología, la Etnología y otras disciplinas de las Ciencias Humanas. La
danza ha incursionado dentro de las proyecciones de una teoría de la danza
cada vez más urgente necesaria para ponerse al día con los requerimientos
intelectuales del momento, cada vez más complejos e inminentemente
necesarios para comprender el arte actual. Se hace por tanto cada vez más
imprescindible la penetración en el conocimiento de las leyes internas que
rigen, se complementan a la vez que se contradicen dentro del macrocosmos
danzario, como expresión psico física como elemento aglutinante social, como
lenguaje de expresión comunicativa, como eslabón étnico en la historia del arte
de los pueblos al mismo tiempo como significación estética cultural.
􀂾 La penetración de la ciencia y la tecnología en el campo de la cultura hace más
urgente la investigación a nivel teórico de los fenómenos que proliferar en el
mundo de las artes. La informática y la computarización aparentemente parecen
suficientes para memorizar el pasado, pero la realidad actual se reciente de la
mecanización acelerada. Todos esos son temas entre otros que la teorización
contempla y trata de sondear para controlar el exceso en la rapidez del devenir
cultural. Por otra parte la cultura de masas se viene encima y se torna necesario
buscar la preservación contra un arte de consumo.
Una teoría de la danza podría dar explicaciones sobre ese fenómeno y, quizás,
enseñar a controlarlo o propiciarle partiendo de asuntos surgidos del conocimiento
y la investigación profundos del arte danzario con relación al mundo en que vive y
los aspectos filosóficos, éticos, estéticos y sociales que lo promueven. En la
actualidad, resulta impostergable que exista un sector, al menos, en el amplio
espectro del mundo danzario, que se dedique a estudiar, investigar y proveer de
estructura teórica al arte de la danza, que profundice más allá de la genialidad en la
creación de la brillantez interpretativa y de las grandes metodologías de la
enseñanza de los cógigos danzarios. Un pensamiento subyacente, producto de
enfoques cognoscitivos, se hace cada vez más urgente en el arte de la danza.
Pese a que existen estudiosos en esa línea, se hace cada vez más necesario
ampliar el número de ellos para poder dilucidar la problemática de las creaciones
danzarias contemporáneas en el mundo.
El avance científico de la danza en Cuba
Cuba posee como base de su perfil nacional, dos grandes antecedentes culturales
en los que la danza representa una manifestación de gran fuerza y riqueza. La
danza teatral, su desarrollo en nuestro país ha alcanzado altas metas y dentro de
ella la más representativa: el ballet. Uno de sus mayores logros lo es la existencia
de lo que se ha llamado ESCUELA CUBANA DE BALLET, entendiéndose una
forma de hacer y decir representativo del físico y del decir corporal de la técnica,
influenciado por otros aspectos de la cultura y la sociedad que identifican una
forma artística de bailar, lo que constituye una escuela.
La creación de las escuelas de danza no solo han concebido en sus planes
artísticos, sino del conocimiento de las particularidades del cuerpo humano y su
preparación física en pos del desarrollo del movimiento corporal y de la salud del
bailarín en la aplicación de la técnica y de las grandes exigencias de la ejecución.
La clase está concebida realizarla en un tabloncillo donde los saltos y otras
ejecuciones amortigüen la caída sin prejuicio para el sistema óseo muscular.
Ropas flexibles que posibiliten la movilidad y no dañen el sistema circulatorio sino
beneficie su imigación a músculos, huesos y otros sistemas para alcanzar una
correcta y adecuada ejecución técnica. Locales ventilados, concebidos con la
acústica necesarios se precisan.
No obstante todos estos requerimientos técnicos e higiénicos puede decirse que la
danza compromete el trabajo de todo el cuerpo, en armonía, lo que requiere de una
atención fisioterapéutica global desterrando la teoría de la división en segmentos
(entiéndase lesiones). Debido a la actividad que desarrollan los bailarines son muy
propensos a lesionarse, lo que pudiera reducirse si se toma en consideración la
labor profiláctica psicoterapéutica puesta al alcance del arte danzario.
La Educación Artística de los Institutos Superiores Pedagógicos estudia la
asignatura Expresión Corporal que permite el conocimiento de las diferentes partes
del cuerpo y sus posibilidades teniendo en cuenta elementos de la física, la
geometría y el diseño entre otras ramas de la ciencia. Esta asignatura refuerza
conocimientos anteriores y los integra para la praxis pre-profesional y profesional
futura.
En la preparación del educador de las artes en los Institutos Superiores
Pedagógicos se han tenido en cuenta la integración de las ciencias al arte, al
incorporar a los planes de estudios asignaturas como Expresión Corporal y Bailes
Populares Cubanos y Latinoamericanos. Expresarse con todo el cuerpo a partir del
descubrimiento de las posibilidades de cada uno de sus partes para la creación,
que se logra a través de los elementos de la física, la geometría, el diseño y otras.
Esta práctica permite integrar las artes entre sí y a otras ciencias a la vez que
aporta nuevas formas del conocimiento y una vasta cultura al futuro profesor.
Puede decirse y así está expresado que la ciencia y el arte han logrado una
interinfluencia que se ha manifestado en los diferentes estilos y manifestaciones
artísticas de formas diversas en cada momento histórico concreto.

Bibliografía:
1. Ciencias Sociales. Ciencias Sociales. Moscú, 1986.
2. Espinosa, Mayra, Lillian Alvarez y otros autores. Ciencia y Cultura:
Comprensión de la complejidad. En Revista Temas, 2003.
3. Guerra, Ramiro. Apreciación de la Danza. La Habana: Ed. Letras Cubanas,
2003.
4. Guerra, Ramiro. Coordenadas Danzarias. La Habana: Ed. Unión, 1999.
5. Historia Universal de la Danza. La Habana: Ed. Pueblo y Educación, 1979.
6. _______________. Identidad nacional y socialismo en Cuba. La Habana: De la
Cultura: Ediciones, 1990.
7. Iznaga, Iliana. Fernando ortíz. Transformación. La Habana: Ed. Ciencias
Sociales, 1989.
8. Lage Dávila, Agustín. La ciencia y la cultura: las raíces culturales de la
productividad. En revista Tema, 2001.
9. Márquez, Guillermo. Danza Moderna y Contemporánea. La Habana: Ed.
Pueblo y Educación, 1988.
10. Mikenlinsky, S. R. Ciencia historia de la ciencia, cienciología. La Habana: Ed.
Academia, 1985.
11. Pajares, Fidel. Ramiro Guerra y la Danza en Cuba, Quito: Ed. Casa de la
Cultura Ecuatoriana, 1993.
12. Sachs, Curt. Historia Universal de la Danza. Argentina: Ed. Centurión.
13. Toda la Danza, la danza toda. La Habana: Fundación Pablo Milanés, 1994.

Descargar de http://biblioteca.idict.villaclara.cu/UserFiles/File/revista%20varela/rv1202.pdf

martes, 23 de junio de 2009

Objetivos, contenidos, métodos de la Materia

Hola chicos: aqui les mando el programa para que puedan orientarse al armar el texto que les pedi. Saludos y gracias a Paula por publicar tan rápido el blog, Mónica

Espacio curricular: Danzas Primitivas
Profesora: Mónica G. Champredonde (http://www.jiwu.com.ar/MonicaCurriculum.htm)

Proyecto Pedagógico

Objetivos Generales

- Crear una dinámica de desempeño grupal e individual que favorezca la transferencia, circulación e internalización de los contenidos propuestos.
- Ayudar al alumno a descubrir sus capacidades expresivas y creativas latentes y orientar su desarrollo.
- Realizar un aporte significativo a la formación integral del alumno que amplíe el campo de sus posibilidades corporales.

Objetivos Específicos
Lograr que el alumno:
- se apropie de un conocimiento teórico y empírico sobre el significado y alcance de la danza como lenguaje inherente al hombre.
- adquiera y afiance recursos para utilizar su propio cuerpo como instrumento de expresión, comunicación y creación, tanto en experiencias individuales como colectivas.
- desarrolle la capacidad de crear e interpretar relaciones entre movimiento y sonidos.
- encuentre y explore conexiones de la danza con otras manifestaciones artísticas.

Contenidos
1. La Danza
Definiciones y tipos de danza. Orígenes y panorama histórico.
2. Danza y cultura.
Danzas rituales, mágicas, religiosas, sociales, recreativas, artísticas.
Danzas Primitivas: América pre-colombina, China, Egipto, Grecia, India, Israel, Japón, Oceanía. Africana sub-sahariana.
3. Danza y cuerpo.
Nociones básicas de anatomía.
Movimientos rítmicos corporales básicos. Variaciones y combinaciones.
El ritmo en el lenguaje.
Emisión espontánea de la voz en la danza primitiva.
Técnicas de: autoconciencia corporal, respiración, postura, movimiento (desplazamiento, espacialidad, temporalidad, coordinación, equilibrio, localización), relajación, elongación.
4. Danza y música.
Nociones básicas de teoría musical: melodía, armonía y ritmo.
Elementos del ritmo. Reconocimiento, ejecución y creación de ritmos. Disociación, polirritmia, inversión, aumentación.
Instrumentos de percusión. Ejecución de ritmos con el cuerpo y con objetos e instrumentos.
Voz y melodía en la danza primitiva.
5. La Danza como lenguaje expresivo.
Danza coreografíada. Improvisación.
Composición coreográfica a partir de: movimientos motivados por una estructura rítmica o musical; movimientos motivados por la intención de transmitir un mensaje o una historia, o representar emociones, estados de ánimo o ideas; movimientos motivados por el movimiento mismo. Movimientos que motivan ritmos.
Utilización de elementos simbólicos en la danza: la máscara, el fuego, la pintura corporal.



Recursos metodológicos
Clases teórico-prácticas de trabajo corporal y musical a partir de la guía y/o la muestra, y la observación, imitación, repetición y corrección por parte del alumno, en interacción con el profesor y/o con los compañeros.
Utilización de la técnica de danza afro (en la que el movimiento aparece indisociado del motivo, el ritmo y la voz) como marco referencial a partir del cual profundizar los contenidos principales de la materia.
Práctica de juegos dramáticos, representaciones escénicas e improvisaciones en función de la estimulación de la espontaneidad, la expresividad y la creatividad.
Utilización de textos, videos y discos para leer, ver, escuchar y comentar.
Investigación en equipos sobre danzas originarias de diversas regiones o culturas, exposición de un trabajo teórico-audio-visual y transmisión al resto del grupo, de coreografías originarias o creadas por los alumnos a partir de lo estudiado.

Evaluación
Se espera que el alumno pueda:
- responder a fórmulas rítmicas y melódicas sencillas en situaciones de improvisación, utilizando el movimiento, la voz y/o instrumentos.
- utilizar los recursos expresivos del movimiento y el sonido para representar personajes y situaciones dramáticas sencillas y para comunicar ideas, sentimientos y vivencias.- realizar individualmente y/o en grupo producciones coreográficas sencillas donde se integren los diferentes lenguajes expresivos trabajados y los conocimientos específicos adquiridos sobre danzas primitivas

Bienvenidos !

Bueno chicos , espero que como dijimos , usemos este espacio para poner cosas copadas , y que nos motive a todos. Muchos Besos !
Pau